domingo, 30 de junio de 2013

Ética, profesionalismo y competitividad en las MIPYMES

La competitividad nos ha llevado más allá de nuestros límites y nos exige a ser creativos y sumamente pro-activos.  

Un ejemplo bien positivo de esta dinámica puede ser el “Servicio al Cliente”… ¡como distintivo de nuestra empresa!.

Hay una diferencia grande entre no ser competentes (capacidad para competir) y el significado de ser completamente “incompetentes”.  En esta línea podemos caer, cuando actuamos sin base ni justificación en contra de otra empresa.

En una sana y profesional competencia haremos ver nuestra capacidad, preparación y educación al brindar nuestros servicios al cliente.  Esta puede ser la clave para ser reconocidos, respetados y desarrollar credibilidad.

Hablar mal de los que consideramos nuestra competencia, expresar opiniones que no pueden ser sustentadas (calumnias) solo demuestra nuestro bajo nivel educativo y profesional.

La falta de ética al comunicarnos y la exposición de informaciones incompletas pueden causar confusión momentánea en aquellos que nos escuchan; pero si el “competidor”, del cual estamos hablando mal, ha hecho su labor y su obra se reconoce; el único resultado real (al final del camino) es que se debilita mucho más la credibilidad… del que escribe en contra de los demás.

¡La educación individual, más que la capacitación,  preparación o experiencia profesional, son los factores que nos distinguen y hacen diferentes! 

Cuidemos nuestra dinámica de trabajo frente a la competencia.  Nunca vamos a crecer echando lodo a los demás o hablando mal de nuestra competencia.

Si realmente puedes competir; concéntrate en mostrar a tus clientes tus áreas de fortaleza, en que eres bueno... y diferente!  No actuemos con mediocridad… (personal y profesional).

¡Así… no se compite!